Las conductas intencionales de agresión suceden en cualquier parte del mundo, y se pueden generar por diferentes motivos. En el ámbito laboral, estos factores de riesgo público y sociopolítico ocurren con frecuencia, distinguiendo su nivel regularidad y el tipo de riesgo, según el puesto de trabajo.
Desde robos menores hasta la creación de pequeñas y grandes empresas del delito, el riesgo público es un factor presente en nuestras vidas y cada vez se hace más importante tomar medidas rigurosas para evitar daños graves a nuestro patrimonio.
Sin embargo, estas conductas intencionales no solo pueden ser ocasionadas por grupos delincuenciales externos a la empresa, pues dentro de la organización continúan habiendo factores de riesgos a los que los trabajadores, según su puesto de trabajo, están expuestos.
Veamos un poco más acerca de estos factores y los puestos de trabajo en los que ocurren con mayor frecuencia.
Factores de Riesgo Público de cada puesto de trabajo
El Riesgo Público, como hemos comentado en artículos anteriores, se refiere a conductas intencionales que pueden causar daño y generar lesiones físicas o psicológicas en uno o varios trabajadores. Estas conductas diferencian los factores de riesgo que generan accidentes comunes, por su carácter intencional. Así, los que ocurren con más frecuencia en cada puesto de trabajo, pueden ser:
Ejecutivos y representantes legales
Los ejecutivos son atractivos para los criminales por el medio socioeconómico en el que se desenvuelven; por su capacidad para disponer de una cantidad de dinero en efectivo considerable de forma rápida. Por esta razón, sus labores siempre han sido representativas y de gran impacto social.
Hace un tiempo atrás, estos funcionarios eran un blanco atractivo más que todo por lo que podían representar para su empresa en términos de secuestro o extorsión. En la actualidad, las vulnerabilidades en el nivel ejecutivo también giran en torno a las personas cercanas a ellos, sus rutinas y sus malos hábitos sociales.
Funcionarios o personajes públicos
En este caso, podemos diferenciar a dos tipos de funcionarios públicos. Por una parte, consideramos a líderes políticos, corporativos e institucionales, que pueden contar con esquemas de protección para evitar resultar afectados por diferentes riesgos. Y, por otra parte, los trabajadores visibles de las empresas en regiones muy pequeñas, apartadas o deprimidas, en donde se vuelven personas tan importantes, como las autoridades de la zona.
Los riesgos a los que están expuestos estos personajes, pueden derivarse por el exceso de confianza en quienes son responsables de protegerlos, el poco compromiso con la prevención, sus malos hábitos laborales, sociales, familiares, entre otros.
Personal administrativo
Se exponen al riesgo público debido a las responsabilidades que acarrean los cargos administrativos: el manejo de información corporativa y de información personal de sus líderes; se exponen a conductas de acoso laboral, los riesgos propios de las instalaciones físicas donde laboran, y otros.
Trabajadores de planta
Además de algunos de los factores de riesgo que ya hemos mencionados, se exponen a situaciones provocadas por sabotajes y conductas relacionadas con la violencia en el puesto de trabajo. Estos factores se agravan cuando existen malos hábitos personales y de trabajo, indiferencia por los programas de prevención y la ausencia de credibilidad y compromiso por planes de seguridad corporativa.
Trabajadores de calle
Conductores, mensajeros, agentes comerciales, visitadores técnicos, y otros cuyo correcto desempeño de sus labores depende de su desplazamiento de forma permanente por áreas urbanas y rurales, se exponen en gran medida a los actos criminales de las bandas delincuenciales de los lugares de trabajo. Riesgos en la calle, hábitos sociales y de trabajo, y la poca comunicación con el área corporativa responsable de asesorarlos y apoyarlos en el manejo de su propia seguridad, son otros factores de riesgo.
Personal de seguridad y protección
Para estos puestos de trabajo, los riesgos son más numerosos, variados, frecuentes y de alto impacto, pues son los principales responsables de la protección de sus clientes, dificultando o retardando propósitos criminales. Las vulnerabilidades a las que se exponen y pueden agravar las consecuencias de los factores de riesgo, pueden darse por excesos de confianza, planes de prevención erróneos, escaso profesionalismo y capacitación y entrenamientos inadecuados, y muchos más. Los niveles de accidentalidad por factores de riesgo público para el personal de seguridad y protección son considerables.
Conclusión
El riesgo público se puede presentar de formas diferentes en cada puesto de trabajo, y es un hecho que estos factores se pueden agravar por las mismas conductas y falta de prevención por parte del trabajador y la empresa. Por esto, es importante contar con el apoyo de empresas expertas en análisis y aplicación de estrategias para la prevención del riesgo público y sociopolítico.
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