El riesgo está latente en cualquier lugar, pero, sobre todo en las empresas, podría haber mucho qué perder al presentarse ciertas situaciones desafortunadas. Es por esto que, contar con un plan de gestión del riesgo es algo fundamental en la mayoría de las organizaciones, para protegerse tanto interna, como externamente.
Para evitar que estos problemas puedan alterar la correcta operatividad dentro de la empresa, se debe estructurar el método de gestión del riesgo respectiva (según los tipos de riesgos que se estén tratando) que evite que se puedan presentar, y en caso de que llegaran a suceder, que no afecten de manera directa o traiga mayores consecuencias.
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¿A qué se refiere la gestión del riesgo?
El riesgo empresarial hace referencia a todos los elementos que puedan generar incertidumbre y/o inestabilidad en una empresa. Sin embargo, no debemos ver el riesgo en todos los casos como una amenaza, ya que también puede generar oportunidades que la empresa debe ser capaz de identificar y aprovechar.
El riesgo, en pocas palabras, es la probabilidad de que una amenaza se convierta en un desastre. La vulnerabilidad o las amenazas, por separado, no representan un peligro. Pero si se juntan, se convierten en un riesgo, es decir, en la probabilidad de que ocurra un desastre.
El objetivo fundamental de esta dinámica de gestión del riesgo, es comprender a profundidad cuáles son los riesgos asociados a las estrategias de la organización y, a su vez, ser una herramienta esencial para respaldar la ejecución de procesos clave de la organización, al alimentar capacidades para anticiparse a impactos potenciales derivados de dichos riesgos, o bien, para aprovechar las oportunidades que surjan de los mismos.
El riesgo siempre está presente en las empresas, y siempre es controlable, sin embargo, algunos tipos de riesgos son imposibles de eliminar. Por esta razón es fundamental identificarlos para desarrollar los protocolos y acciones que los mantendrán controlados, y así minimizar sus efectos negativos.
A partir de esto, podemos decir que existen muchas maneras de abordar la gestión del riesgo, pero de forma general podemos realizarla a partir de la identificación, análisis, evaluación y tratamiento.
¿Por qué es importante la gestión del riesgo?
En principio, la gestión del riesgo estaba muy relacionada con lo que ocurría de forma directa con el sistema financiero. No obstante, al pasar el tiempo esto cambió y se ha entendido que el control preventivo es esencial en cada uno de los procesos de las empresas, ya que esto ayuda a prever las situaciones que se puedan presentar en el futuro y en caso de que llegarán a suceder, se contaría con un plan que ayudaría a mitigar los daños que se podrían presentar.
Por otra parte, debemos tener en cuenta que la gestión no solo se basa en la identificación y valoración de los riesgos, sino que se debe realizar un previo estudio cualitativo y cuantitativo que esté ligado con las metas de la organización.
Contar con un programa de gestión de riesgos exitoso en la empresa genera información de valor acerca de los riesgos que puedan afectar los planes estratégicos y de crecimiento de la entidad, a través de un proceso de análisis, evaluación e información sobre potenciales impactos y oportunidades que surgen de los mismos, así como la reacción y enfoque de la empresa ante dichos riesgos.
Este programa de gestión del riesgo debe ser lo suficientemente práctico para poder ser implementado dentro del curso normal de las operaciones de la empresa. Es importante también que el proceso de identificación de riesgos del negocio, involucre a los directivos clave que desempeñan un papel sustancial en las diferentes áreas de la organización, para así lograr una evaluación integral de riesgos.
Ventajas de la gestión de riesgos
El análisis y gestión del riesgo en este aspecto nos servirá para averiguar la magnitud y la gravedad de las consecuencias del riesgo a la que está expuesta nuestra empresa y, de esta forma, gestionarlos adecuadamente.
La Gestión del Riesgo permite:
- Favorecer la identificación de amenazas, obstáculos y oportunidades.
- Aumentar las posibilidades de alcanzar los objetivos. Los procesos que tengan más seguimiento y control tienden a ser más exitosos.
- Minimiza el factor sorpresa en relación con los riesgos que afectan el negocio
- Impulsar la proactividad. Al incorporar la labor de gestión del riesgo, los líderes de departamento y los empleados en general asumen una actitud más dinámica para el cumplimiento de los objetivos.
- Mejorar las labores de administración de la empresa.
- Mejorar la eficacia de la empresa en la asignación de recursos para la gestión del riesgo. Para que ya no sea un gasto que se efectúa de manera improvisada. Lo más común es que se destine una pequeña parte del presupuesto.
- Compartir responsabilidad en los diferentes niveles directivos de la organización, permitiendo rendición de cuentas y transparencia en la entidad
- Mejorar la adaptación de la empresa al entorno social y económico al que pertenece. Identificar los riesgos permite acercarse al contexto.
- Potenciar la confianza de los grupos de interés.
- Facilitar la toma de decisiones.
- Fomentar la capacidad de transformación de la empresa.
De esta forma, la importancia de la gestión de riesgos radica precisamente en planificar actuaciones tanto para situaciones previsibles como no previsibles. Los enfoques reactivos tienen como fin el reaccionar a tiempo para hacer desaparecer el riesgo o peligro una vez se ha producido.
Conclusión
Es sumamente importante que las empresas se cuestionen si efectivamente cuentan con una adecuada gestión del riesgo. Esta herramienta puede marcar la diferencia ante situaciones desfavorables, y protegerá su empresa, pues poder anticiparse a las situaciones adversas es una ventaja que contribuye a la supervivencia. En un entorno empresarial competitivo y cambiante, es imprescindible identificar y evaluar los riesgos; es un elemento crucial en la gestión de las empresas.
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